Uso de la realidad virtual como complemento para mejorar nuestra salud

La realidad virtual está progresivamente ganando terreno en nuestro día a día. Y no solo en el campo del entretenimiento, sino en otras especialidades, una de ellas y que nos compete: la medicina y la salud.

Antes que nada, hay que tener claro el significado de realidad virtual y realidad aumentada, ya que puede llevar a confusión:

  • La realidad virtual, nos transporta a otro lugar mediante escenarios virtuales (no reales), haciéndonos sentir como si estuviéramos ahí, pero físicamente estando donde te encuentras.
  • La realidad aumentada, añade información adicional a la que estamos viendo realmente. Digamos, añade información virtual, que se solapa con lo que estamos viendo, para darnos una visión más completa y diferente.

Actualmente hay disponibles multitud de gafas de realidad virtual. El precio de adquisición empieza a ser apto para los consumidores. En el mercado se encuentran gafas de realidad virtual, más baratas o más caras dependiendo de las características. Las marcas más conocidas son HTC, Samsung, Google VR, y las Oculus (marca adquirida por Facebook). A parte de ello, para utilizar las gafas son necesarios otro tipo de dispositivos como puedan ser Smartphone, consola o PC, y que sea compatible con lo que indica el fabricante. En caso de no disponer de los dispositivos auxiliares, el precio aumentará drásticamente.

En el campo de la medicina, la realidad virtual debe proporcionar un escenario virtual que sea lo más realista posible. Dos ejemplos de aplicación inmediata son la telemedicina y la psiquiatría. La realidad virtual, evita que tengamos que hacer largos desplazamientos para asistir a la consulta de un médico. Por otro lado, aplicada a la psiquiatría, permite crear escenarios realistas para recrear las condiciones que permitan abordar trastornos psicológicos como las fobias y la bulimia, en un entorno totalmente controlado.

Al igual que otro tipo de tecnologías, la realidad virtual debe usarse de forma responsable. Un mal uso puede acarrear problemas para el paciente, y el objetivo es mejorar su salud, no empeorarla.

Aparte de ello, los entornos virtuales deben ser estrictamente  supervisados y validados por profesionales sanitarios. El entorno debe estar preparado para que no provoque ningún daño al paciente y sea lo más eficaz posible, depende de la aplicación. Cabe recalcar que este tipo de dispositivos no son un remplazo a un método existente, si no, un complemento más para mejorar la calidad asistencial.

Escenarios en los que actuaría la realidad virtual en los pacientes con problemas de salud

Hay muchos casos de enfermedades y trastornos, en los que la realidad virtual puede ayudar, como es el caso de las personas con bulimia, fobias (miedo a volar, aracnofobia), anorexia, deterioro cognitivo, alzhéimer y  trastorno de ansiedad grave (hay unas gafas que te dan la sensación de invisibilidad, para que creas que no te sientes observado, fabricadas por científicos suecos). No obstante también hay aplicaciones en otros ámbitos, como la rehabilitación para pacientes con ictus o movilidad reducida, aplicaciones militares y un largo etcétera.

También se puede usar la realidad virtual para el diagnóstico de problemas oculares, como miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. Un caso curioso, es el de una mujer mayor que no veía a su familia desde hace 8 años por problemas de vista y gracias a la realidad virtual, pudo tener contacto visual con ellos.

Hay muchos campos de la medicina en los que se pueden utilizar, por lo que es una tecnología que va mejorando día a día y en la cual podemos encontrar algo de ilusión o expectativas para tener una vida mejor.

Un aspecto negativo de las gafas de realidad virtual sería que, provoca mareos, dolores de cabeza e incluso dañar la vista, cosa a tener en cuenta, al tener el dispositivo tan cerca del ojo. Muchos de nosotros hemos visto la televisión, móvil o estado enfrente del ordenador, pero seguramente hemos tenido una pequeña distancia, pero con ello, tenemos una distancia mínima, y creo que, a medio, largo plazo puede ser perjudicial. Aparte, otra cosa a destacar, es que, el tener un peso en la cabeza durante periodos de tiempo, podría incluso dañar el cuello, al ser él, el que se llevaría el peso del dispositivo, añadiendo el de tu Smartphone, ¿qué opináis?

Para más información sobre la realidad virtual y el uso de la realidad virtual.

 

Articulo realizado expresamente por el LACH

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