CARE Campus 2019

 

La iniciativa Caregiving and Ageing Reimagined for Europe (CARE) tiene como objetivo desarrollar la educación y la formación para apoyar a los cuidadores europeos y aumentar las oportunidades para que contribuyan en este importante papel social. CARE colabora con actores académicos, industriales y municipales para co-desarrollar un plan de estudios para cuidadores en toda Europa El prototipo se está implementando en una serie de cursos cortos en línea a su propio ritmo. Los planes incluyen la validación de los cursos con cohortes piloto de cuidadores de habla inglesa en toda Europa antes de explorar diferentes estrategias de traducción para hacer las adaptaciones lingüísticas necesarias. También pretende explorar el establecimiento de una certificación para los cuidadores en toda Europa a través de estas ofertas de cursos y el establecimiento de estándares para la atención de calidad. El objetivo de CARE es proporcionar un nivel de conocimiento de la calidad de la atención en Europa y poner de relieve la atención innovadora para mejorar la calidad de vida tanto de los cuidadores como de las personas a las que atienden.

El desafío del cuidador: Es bien sabido que el milagro de la longevidad y la caída de las tasas de natalidad han hecho que el mundo envejezca a un ritmo sin precedentes, con Europa al frente del grupo. En 2060, 155 millones de europeos -el 30 por ciento de la población total europea- tendrán 65 años o más. Estos cambios demográficos están rompiendo las estructuras sociales tradicionales y, en el proceso, están ejerciendo presión sobre los recursos existentes para el cuidado de la población de edad avanzada de Europa. Si las tendencias actuales se mantienen, en 2060 tendremos un cuidador para 51 personas mayores de 80 años o más. Los cuidadores necesitan formación para poder apoyar adecuadamente a aquellos que se enfrentarán a las etapas de la demencia, así como a aquellos que sufren múltiples afecciones médicas. Los cuidados pueden ser formales, como las ayudas para el cuidado en el hogar, así como informales, como los cónyuges, los hijos, los jóvenes subempleados/desempleados o los inmigrantes, que corren un riesgo particular de sufrir daños a sí mismos y a otros sin el apoyo y la formación adecuados.

 


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